martes, 11 de diciembre de 2007

Subterfuge se hace mayor de edad

LINO PORTELA - Madrid - 12/12/2007
Sobre el escenario una chica canturrea algo parecido al Porompompero. Lleva un gorro de baño de flores y medias de rejilla. A su lado, su bigotudo compañero de grupo maltrata una guitarra sobre una base de música industrial. Se llama Líneas Albiés, y es el último fichaje de la discográfica independiente Subterfuge, que ayer celebró su mayoría de edad en la sala Joy Eslava, con un concierto de grupos de su plantilla.
De las 800 personas que llenaron la sala para celebrar el 18 cumpleaños pocas habían oído hablar de Líneas Albiés, pero quizá en el futuro hagan cola para comprar sus discos. A Carlos Galán, de 39 años, y creador del sello, le ha pasado varias veces. Poco podía imaginar cuando con 20 años fundó Subterfuge, que hoy tendría un pequeño imperio pop. Una fábrica de talentos.
Carlos, que no se alejó ayer mucho de la barra, recordaba cómo montó hace 18 años su primera oficina debajo de su cama, junto al escritorio donde estudiaba Historia del Arte. Allí guardaba sus primeros fanzines, que luego se transformaron en discos. En un bar conoció en los noventa a los que serían su gran fichaje. Los entonces aún desconocidos Dover vendieron con Subterfuge 700.000 ejemplares de su disco Devil came to me. "Aquello fue la confirmación de que con poco dinero y mucha pasión podíamos jugar en primera división", decía ayer Carlos, ajustado a su gorra de chulapo, mientras La China, cantante de Cycle, dedicaba a Nacho Vidal una de las canciones de su disco en solitario. "Hemos tenido muchas ofertas de multinacionales para comprar Subterfuge, pero siempre encontramos un grupo con el que salvar el culo económicamente".
Subterfuge sabe adaptarse a los tiempos. Si en los noventa su tribu estaba repleta de flequillos, gafas de pasta y discípulos de Australian Blonde (los llamados indis) ayer los nuevos modernos, los amantes del electro y de la ropa chillona bebían juntos en Joy Eslava.
"Lo importante no es estar en una discográfica indie o una multi", decía ayer Carlos Jean, que ha estado en ambas orillas, "si no la actitud y la calidad". Ayer hubo de las dos, no en todos los casos unidas. La criba ya la harán otros. Subterfuge se encarga de sacar de las cloacas a grupos y ponerlos en primera fila. Lleva 18 años haciéndolo y lo que le queda.
EL PAÍS, Miércoles 12 de diciembre de 2007
Imagen: El País (Actuación del grupo L-KAN)

"Las canciones tristes no me ponen triste... me dan mucha euforia"

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS - Madrid - 12/12/2007
Albert Pla susurra Sufre como yo, Chavela Vargas se desgarra con El último trago, Maysa Mataraso hace una versión estremecedora del Ne me quitte pas de Jacques Brel y el Dúo Dinámico lanza ese rítmico himno a la esperanza: Resistiré. Las canciones de las películas de Pedro Almodóvar claman venganza, ahogan los recuerdos en alcohol o proclaman que este amor será y es el único. Forman parte de la narración, de lo que pasa por las tripas y los corazones de sus personajes, que cantan con ellos para hacer suyos lamentos, deseos y nostalgias.
"La música en mis películas nunca es música de fondo, es parte activa, una entidad dramática tan importante como el diálogo", explica el cineasta, que ayer presentó en Madrid BSO Almodóvar (disco que reúne 29 temas de su cine) y anunció que en primavera rodará con Penélope Cruz, Blanca Portillo y Lluís Homar el guión que acaba de terminar: Los abrazos rotos.
Almodóvar está en su despacho de El Deseo y tiene en las manos el último Vogue americano. El número especial de Navidad dedica su portada y un larguísimo reportaje a la España de Penélope Cruz. Fotografías de Annie Leibovitz con la actriz vestida de alta costura en pleno campo segoviano. En una de ellas, Almodóvar sale de palmero mientras ella baila desmelenada: "Es una de esas ideas de Penélope, un homenaje a Ava Gardner en La condesa descalza". El flamenco, dice, siempre está ahí para él. En su disco, Bernarda y Fernanda de Utrera interpretan Se nos rompió el amor y Duquende y Manzanita El rosario de mi madre. "Este disco es parte de mi filmografía y de mi biografía, tiene que ver con mi cine y con mi vida. A mí las canciones tristes no me ponen triste... todo lo contrario. Lo mismo que con los dramas tórridos, me dan mucha energía, mucha euforia. La tristeza nunca es un sentimiento blando".
Almodóvar rememora su cine a través de estribillos. Suena Lo dudo, de Los Panchos, en La ley del deseo: "El personaje de Antonio Banderas sabe que ése será su último polvo con Eusebio Poncela. Ellos escuchan la canción en la cama y en la calle lo hace Carmen Maura. La canción les habla a los tres". En Matador, Mina interpreta Espérame en el cielo: "Escuché la versión de Mina mientras rodábamos y fue una revelación. Con la canción el final adquiría un nuevo significado".
"Yo siempre estoy escuchando música, mis amigos músicos me tienen al día y yo me compro todo lo que puedo, me leo las recomendaciones de todas las revistas, incluidas las no recomendables. Tengo pilas y pilas de discos, un 80% acaba en el almacén de la oficina, pasto de atrezo para las películas. Pero hay muchas cosas nuevas que me gustan". Como no puede escribir escuchando música, su sobrino le prepara para trabajar unos CD de "down tempo o buen tecno, de ese que no deja huellas en las neuronas. No se puede escuchar un bolero y escribir. Es demasiado figurativo".
"La música no se acaba nunca, me faltan películas para tantas canciones. Tengo muchos temas pensados para el futuro: uno de Cat Power, otro de Werewolf, una bossa de Luis Bonfá y alguno de esas cantantes y grupos herederos de la chanson, como Feist o Nouvelle Vague".
Es inevitable citar a una de sus musas: "A Chavela la descubrí cuando lo único que me preocupaba era el pop y mi vida era absolutamente popera. Yo estaba todo el día con los New York Dolls y la Velvet cuando aparecieron Nina Simone y Billie Holiday. La música de mi casa era genial: mezclaba Prince con Olga Guillot. Y Chavela con Nico".
Del cine musical sólo reconoce una fobia ("¡Siete novias para siete hermanos! Es que no puedo con ella") y decenas de filias. Recuerda su propio "experimento": Tráiler para amantes de lo prohibido, un musical que realizó para el programa La Edad de Oro de Paloma Chamorro. "Los actores dejaban de actuar y se ponían a cantar, duraba 20 minutos y fue muy divertido". De los cineastas que admira y que mejor utilizan la música apunta a un puñado, "aunque seguro que luego me acuerdo de muchos más": Clint Eastwood ("qué delicadeza, siempre tratando de no romper la imagen. Tiene un gusto exquisito"); Theo Angelopoulus ("mano a mano con Eleni Karaindrou"), Kieslowski ("¡Qué director de dramas!, el mejor de los últimos años"), Tarantino, David Lynch... "Y, por supuesto, las parejas que formaron Nino Rota-Fellini, Bernard Herrmann-Hitchcock y Mancini-Blake Edwards".
Sobre su relación con sus propios directores de música recuerda su ruptura con Bernardo Bonezzi: "En Mujeres al borde de un ataque de nervios se negó a poner Puro teatro y Soy infeliz. Y yo no cedí, durante tres años ni nos hablamos. Y en Átame, Ennio Morricone se negó en rotundo a que pusiera Resistiré". Desde La flor de mi secreto su cómplice musical es Alberto Iglesias: "Alberto no tiene ningún ego, está al servicio de la película. Si impongo una canción tengo su convicción y su aprobación. Sabe que no son decisiones caprichosas".
Y entre canciones, un intenso ruido acecha desde hace unos meses la vida de Almodóvar. Un misterio, dice, llamado Tinitus Acufeno: "Hay gente que ha llegado a suicidarse al no soportarlo. Yo me hice todo tipo de pruebas, por si era un tumor u otra cosa, pero nada. Es algo diabólico. Un pitido que sólo existe para mí. Así que desde que me levanto hasta que me acuesto tengo puesta música en casa. Música para todos los momentos. Y tengo una recomendación: para cualquier tarea doméstica hay que ponerse una banda sonora, la música narrativa da intensidad a lo que haces. Y la rutina más banal, pasar por el pasillo, se convierte en otra cosa".
EL PAÍS, Miércoles 12 de diciembre de 2007
Imagen: El País

Almodovar se pasa al cine negro

ELMUNDO.ES
MADRID.- Pedro Almodóvar ya había confirmado que volvería a rodar con Penélope Cruz pero ahora ha desvelado que su película se titulará 'Los abrazos rotos' y que tendrá el estilo del cine de los años 50. El director ha adelantado estos detalles durante la presentación de un disco con las canciones de su filmografía.
Actriz y director trabajaron juntos por última vez en 'Volver' (2006), película con la que la española fue finalista para el Oscar a la mejor actriz en la última edición de estos premios. "Quiero indagar en un nuevo tipo de Penélope. Va a salir con una imagen muy distinta", ha adelantado el cineasta.
En el reparto también estarán Blanca Portillo y Lluís Homar, así como otros actores cuyos nombres no ha querido desvelar porque no los tiene claros todavía. Uno tendrá alrededor de 60 años y otros dos serán jovenes, los tres con roles muy importantes en la historia.
"Estoy impresionado con Blanca, con sus registros. Le he escrito un papel a su medida. He de decir que los personajes de Blanca y Penélope son equiparables en cuanto al volumen de papel", ha asegurado el manchego.
Aunque sigue escribiendo el guión, ya ha adelantado que es "el más largo que he escrito nunca. Tiene algo de cine negro. Tendrá cerca de una hora de cine negro americano de los años 50. No va a ser una comedia, aunque el humor estará presente".
La música de su vida
El director ha reunido 29 de las canciones que han marcado su extensa carrera en 'B.S.O. Almodóvar', un álbum que muestra "una mirada diferente y fundamental" hacia su cine.
"Las canciones en mis películas son parte esencial del guión, una especie de voz en 'off' musical que explica, desvela secretos y enriquece la acción donde aparece", afirma Almodóvar en el libreto del álbum que contiene los dos discos.
Almodóvar destaca los "interpretes geniales" de estos temas, más de una veintena de nombres, entre los que figuran Caetano Veloso, Mina, Xavier Cugat, Duquende y Manzanita, Los Panchos, Miguel de Molina, Olga Guillot, Luz Casal, Fernanda de Utrera, Chavela Vargas, Sara Montiel y Estrella Morente.


EL MUNDO, Miércoles 12 de diciembre de 2007
Imagen: El Mundo

lunes, 10 de diciembre de 2007

Las artes escénicas se suben al Metro

POR MABEL AMADO
MADRID
. Un escaparate para los trabajos de compañías generalmente modestas que no dudan en salir a buscar al público a cualquier espacio. Con esta premisa se planteó el festival Escena XXI. Hoy, a punto de iniciar su tercera edición, el éxito de sus dinámicos montajes dan cuenta del desafío al que se enfrentan durante casi una semana los jóvenes artistas.
El Lunes, sobre el escenario improvisado del vestíbulo de la estación de Chamartín, se alzará el telón. Entonces, más de cuatro mil viajeros del suburbano tendrán de nuevo la oportunidad de detenerse unos minutos para apreciar el trabajo de diversas compañías.
Para la inauguración del certamen, mañana, se ha seleccionado la lectura dramatizada de una de las obras más importantes del teatro español del siglo XX: «Los intereses creados». La elección no es baladí: se da la circunstancia de que se cumple el primer centenario del estreno de esta obra de Jacinto Benavente en el teatro Lara de Madrid. Aunque entonces el Metro todavía no había horadado el subsuelo, ahora, cien años después, Ana Marzoa, Luis Fernando Alvés, Tomás Gayo, Cristina Goyanes y Beatriz Bergamín, entre otros, bajarán al metropolitano para dar vida a esta lectura dramatizada. Lo harán bajo la dirección de Mariano de Paco. El martes será el turno de «Aroma oriental», con la magia de la danza oriental y las evoluciones de diez bailarinas.

Tono nostálgico
De la danza pasamos al teatro, con la obra «¡Que nos quiten lo bailao», de la autora contemporánea Laila Ripoll, que recrea en tono nostálgico la época en la que los españoles debían emigrar al extranjero. No es la primera vez que la compañía Factoría Teatro pone en escena este montaje, pues fue representado en Washington.
El jueves será de nuevo el turno de la danza, con la compañía del coreógrafo Juan Carlos Santamaría. Presentará el montaje «Passe le temps», compuesto por tres coreografías independientes. Aunque se estrenó en enero del año 2006, desde entonces ha recorrido España, México, Italia y Arabia.
Ya el viernes, producciones Teatrales Cachivache presentará «Tataracine», en el que varios personajes reflexionan sobre la conexión entre diversas artes escénicas. Estarán el Tatarabuelo, Tataracine, el señor Maletas, su sobrino Maletín...
Como clausura de Escena XXI se ha elegido a la compañía de Antonio Najarro. En este extracto mostrarán las piezas más emblemáticas de los espectáculos «Tango Flamenco» y «Flamenco oriental», en los que se fusionan el flamenco y la danza española con el amplio lenguaje musical y dancístico del tango argentino y de la danza oriental.
Desde mañana y durante una semana, el vestíbulo de la estación de Chamartín se convertirá en un escenario improvisado. El festival Escena XXI baja de nuevo al Metro la danza, la música y el teatro.

ABC, DOMINGO_9_12_2007